Sergio Vila

Sergio Vila
CONTRA LA POBREZA: TRABAJO Y PRODUCTIVIDAD

miércoles, 22 de julio de 2015

MI CRITICA A LA REFORMA FISCAL DE RAJOY


Como es sabido, a unos meses de las elecciones, Mariano Rajoy ha bajado la tarifa del IRPF, dejándola en niveles similares a los del último gobierno de Zapatero. Antes de exponer las razones de mi rechazo a esta medida quiero hacer un breve comentario a una campaña del Sindicato de Técnicos de Hacienda (no inspectores de hacienda, que quede claro), que están criticando la medida por su regresividad, es decir, que va a favorecer mas a los que mas ingresos tienen. Esto se debe a que al ser el IRPF un impuesto progresivo (se grava con tipos mas altos a las rentas mas altas), los incrementos del impuesto castigará en mayor medida a las rentas mas altas y de la misma forma cuando se le da la vuelta estas rentas mas altas saldrán mas beneficiadas. Por lo tanto, quien critica esta reforma por su regresividad, tendrá que ser coherente y decir entonces que está de acuerdo con la subida que Mariano Rajoy decretó en 2011.
Recuerdo que en Diciembre de 2011, Rubalcaba se opuso a la medida porque agravaría el sufrimiento de las clases medias. Le decía a Rajoy en el congreso: "No suba el IRPF. Y me dira usted, pero  si ustedes lo han subido también. Pues por eso mismo le digo, ya que lo hemos subido nosotros, no lo suba usted".

Llevaba razón Razón Rubalcaba, la subida del IRPF tuvo unas consecuencias nefastas para las clases medias, para el ahorro y para el empleo. Si entonces la subida agravaba el sufrimiento de las clases medias trabajadoras, el volver a la situación de entonces, aliviará el sufrimiento  estas, por lo tanto, no entiendo que quien afirmaba eso en 2011 diga ahora que la reducción del IRPF tiene el objetivo de beneficiar a los que mas ganan. Obviamente no es así y mi crítica no puede ir por ahí, cuando yo me he mostrado contrario a la subida de 2011, precisamente porque era un impuesto al trabajo. Mi análisis por lo tanto es otro.


Estamos a unos meses de las Elecciones Generales, y como ya sucediera en 2011 y 2008 los políticos tiran la casa por la ventana, combinando medidas de reducción de impuestos con medidas de aumento del gasto público. España no ha completado todavía el ajuste del déficit público que en 2014  se situaba en unos 60.000 millones de euros y el objetivo para 2016 es bajarlo del 3%. Es decir, falta todavía un ajuste de 30.000 millones de euros. Si en cualquier situación, la política económica debe ser un conjunto de medidas destinadas a cumplir los objetivos que el propio gobierno se ha marcado, en la situación actual con mas motivo se debe evitar tomar medidas aisladas con el fin de mercadear un puñado de votos. 

Cualquier gobernante responsable, sea de derechas o de izquierdas, sabe que el nivel actual de déficit público es insostenible y hay que reducirlo para no vernos envueltos en una nueva crisis de deuda que sería letal para la economía. Por lo tanto, combinar bajadas de impuestos con incrementos de gasto es una política irresponsable.

En su momento he criticado la política de Zapatero en los años previos a la crisis y sobre todo en vísperas de las elecciones de 2008 : reducción de IRPF, eliminación de impuesto de patrimonio, cheque bebé, contratación de funcionarios, etc. Esa política fue la responsable de pasar de un superavit en las cuentas públicas del 2,23 % del PIB en 2007 a un déficit del 11,4% en 2.009.  Aquello ya sabemos como acabó: deficit público, deuda pública, recesión, desempleo, crisis de deuda y España al borde del rescate, y en Mayo de 2010 el propio Zapatero inicia el cambio de política económica suprimiendo la mayoría de esas medidas populistas que había adoptado para ganar las elecciones de 2008.

Ahora Rajoy está haciendo lo mismo. Por un lado se ha aumentado el gasto público con incremento de empleados públicos incluido y por otro lado rebaja impuestos. Hoy mismo acaba de anunciar una mejora de la financiación autonómica de 6.000 millones de euros. Esta es una política que no se va a poder mantener porque significaría, dejar la reducción del déficit público en manos del crecimiento económico. Esto no será posible dado que el presente ejercicio dicho crecimiento ha sido espectacular por dos factores que no se van a poder mantener:

1.- El propio disparate de las administraciones públicas aumentando el gasto en año electoral.
2.- La financiación de la deuda pública tiene un coste bajísimo e incluso en algunos tramos negativo. El tipo de interés al que se financia el estado, en la medida que mejore la economía, no se va a poder mantener en esos niveles. Y dado que la deuda pública supera ya el billón de euros cada punto que aumente el tipo de interés supondrá 10.000 millones de euros de gasto extra para el estado.

Por otro lado el sistema de pensiones  sigue deficitario y la hucha se acabará en tres o cuatro años de continuar la tendencia.

Por lo tanto, el crecimiento económico en los próximos años será moderado y algunos informes lo cifran en un 1,5% de media. Esto significa que estas políticas irresponsables del gobierno de Rajoy, subiendo el gasto público y a la vez bajando impuestos, con una deuda pública altísima y un déficit público altísimo ( el mayor de la eurozona), la vamos a pagar de inmediato una vez pasadas las elecciones. Si, prepárense para mas subidas de impuestos, gobierne quien gobierne.

Y es que solo hay dos opciones: O se lleva a cabo una política de corte socialdemócrata, manteniendo o incluso incrementando el gasto público como promete Pedro Sanchez (con lo cual habrá que subir impuestos), o se gobierna con los principios liberales y se bajan impuestos a las clases medias fundamentalmente; pero esto debe llevar aparejado una reducción importante del gasto público.

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