Sergio Vila

Sergio Vila
CONTRA LA POBREZA: TRABAJO Y PRODUCTIVIDAD

jueves, 18 de junio de 2015

OTRA FALSEDAD: DEUDA PUBLICA IMPAGABLE

LA DEUDA PUBLICA SI LA VAMOS A PAGAR

Es habitual escuchar comentarios de que la deuda pública no es ningún problema. Por otro lado otros como Niño Becerra defienden que es impagable. Pero ¿pueden ser ambas informaciones ciertas?. ¿Puede ser una deuda impagable y a la vez no generar ningún problema?.

Mantener que la deuda pública no se paga, si nos referimos a su importe nominal es cierto, pero no lo es si atendemos a su importe real, es decir:
por un lado descontando el efecto de la inflación lo que supone una depreciación de la moneda y por lo tanto también de la deuda, y por otro lado , el importe que esta supone en relación al PIB. Por ejemplo, en el año 2000, la deuda pública ascendía a 374.557 millones de Euros (58% del PIB) mientras  en el año 2007 aunque la cifra era similar 383.798 millones de euros, esta cantidad suponía el 35,5% del PIB. Si descontamos el efecto de la inflación, la deuda de 2007 serían 305.815 millones de euros, es decir que se habrían amortizado unos 70.000 millones de euros en siete años por efectos de la inflación. Como vemos la deuda si se paga.

 En los años siguientes , por efectos del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, la crisis económica  y una errática política económica de corte Keynesiano, se incurre en un deficit brutal y como consecuencia en una acumulación de deuda nueva que asciende al 98% del PIB. Esta nueva deuda  también la vamos a pagar. Los objetivos de estabilidad marcados por Europa para el año 2020 establece que la deuda pública no puede superar el 60% del PIB. El gobierno pretende conseguir ese objetivo por tres vias:

- Crecimiento económico
- Estabilidad Presupuestaria
- Inflación.

En Cuanto al crecimiento económico va a ser debil. Se está hablando de una media del 1,5% anual dado que seguirán subiendo los impuestos y esto tendrá un efecto negativo sobre el ahorro y la inversión que son los elementos que crean riqueza y empleo.

En cuanto a la estabilidad presupuestaria, los tipos de interés tenderán lógicamente al alza porque  no es lógico que se mantengan en niveles negativos durante mucho tiempo. El propio efecto del crecimiento de la demanda de crédito privada elevará la competencia con el sector público que no podrá financiarse a los tipos actuales. Y téngase en cuenta que cada punto adicional de tipo de interés supone unos 10.000 millones de euros extra de gasto. Es por este motivo que ya desde el FMI se pidan subidas de impuestos para cumplir con el objetivo de déficit. Parece claro que un nivel de deuda alto si que tiene una incidencia negativa sobre el crecimiento de la economía; el tamaño de la deuda si que importa y mucho: a mayor deuda menor crecimiento.

Por último, las medidas tomadas por el BCE tendrán consecuencias inflacionistas lo que ayudará a subir el montante nominal del PIB (aunque no el real) produciendo un descenso tanto del porcentaje de la deuda sobre el PIB, como del valor real de la deuda por desvalorización de la misma a causa de la inflación. 

Es cierto que bajar la deuda al 60% en el año 2020 se antoja prácticamente imposible salvo que se mantenga el crecimiento económico del presente año en los ejercicios venideros, lo cual como hemos dicho no será posible. En el año 2015 se dan dos circunstancias que no se van a dar en el futuro próximo:

- El calendario electoral que ha supuesto un aumento artificial de la obra pública y que no se podrá mantener.

- Unos tipos de interés muy bajos, incluso en algunos casos negativos que suponen que la economía crezca como si tuviese una deuda muy baja, circunstancia  que tampoco se va a mantener.

De ahí que todas las estimaciones de crecimiento para los  próximos años sean inferiores a las de este año y supondrán una media no superior al 1,5% en los próximos 5 años. Si consideramos una inflación media del 2%, la deuda pública en el año 2.020 se habrá reducido al 85% del PIB, es decir, habrá bajado 15 puntos siempre y cuando se cumplen los objetivos de déficit. Esto significa que habremos pagado cerca de un 15% de la deuda con políticas inflacionistas.

En resumen, es falso que la deuda pública sea impagable,   se puede pagar, y se va a pagar con políticas  inflacionistas. De la misma manera también es falso que la deuda no sea un problema porque es una carga que ralentizará el crecimiento económico y por lo tanto también ralentizará la creación de empleo.

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